
Creer o no creer en Dios crea diferencias en la vida de un ser humano, pero no en el valor que esa persona tiene para Dios. ¡Todos los seres humanos son valiosos para él! Tanto, que dio a su hijo unigénito, Jesús, para abrirles el camino hacia una correcta relación con él. La experiencia que los cristianos llamamos salvación, conversión o nuevo nacimiento, está al alcance de cualquiera que reconociendo su necesidad de él, le invoque…