Perdón generoso

Demasiadas veces en diferentes entrevistas he visto que a muchas personas la hacen la pregunta siguiente: ¿Tienes algo de qué arrepentirte en tu vida? Y la asombrosa respuesta ha sido: ¡No, y si volviera a vivir, lo haría todo de la misma manera! Para mí, tal respuesta evidencia que mucha gente tiene mala memoria o que de ninguna manera les agrada reconocer sus errores en público. ¿Carecerán de sinceridad y sentido común? Todos nos equivocamos, erramos y aunque a algunos no les guste la palabra, pecamos…

Misericordia Infinita

Aunque a veces algunos seamos muy olvidadizos, hay realidades que jamás debiéramos olvidar. Sobre todo cuando enfrentemos tiempos o circunstancias difíciles, nos ayudaría mucho traer a la mente las incontables bendiciones que Dios nos ha concedido a través de nuestra vida, porque así enfrentaríamos las aflicciones del momento con un mejor espíritu. El Salmo 103 nos llama a no olvidar los beneficios que Dios en su misericordia infinita nos concede. Sobre todo cuando nos sintamos abrumados y sin consuelo, o sufriendo debido a decisiones erradas, traer a la mente las bendiciones antes recibidas nos permitiría levantar el ánimo y recobrar fuerzas para seguir adelante. El mismo Dios que tanto nos ha ayudado y bendecido, seguirá mostrándonos su amor, su poder y su gracia…

Palabra con gracia

Las personas necesitan cada día más escuchar el mensaje redentor y transformador del evangelio de Cristo. No obstante, el método efectivo no es repetir a todos por igual un discursito aprendido con versículos bíblicos de memoria, algo que los cubanos llamamos “teque” y tanto nos disgusta. Urge que seamos sensibles a las peculiaridades y necesidades de las personas, mostrándoles un interés sincero y a la vez respetuoso. Si queremos que escuchen con buena disposición sobre la fe que predicamos debemos hacerlo con verdadero amor, gracia y sabiduría…

Somos polvo

La palabra orgullo tiene varias acepciones. Puede ser un sentimiento sano de satisfacción y gozo por logros personales o bendiciones recibidas —¿quién no se alegra y alienta con tales sucesos?—, pero cuando de una manera arrogante consideramos nuestro valor, virtudes o incluso conocimientos desmedidamente, es muy peligroso para nosotros mismos.
Cuando la Biblia advierte que «nadie debe tener un concepto más alto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura (Romanos 12:3)»; nos llama a no permitir jamás que un orgullo insano nos domine. Por ello y desde la fe, también resulta necesario buscar y cultivar la humildad, que es un arma muy eficiente no solo para buscar y conocer de Dios, sino para acercarnos a los demás, bendecirles y ayudarles de la mejor manera…

La adoración (9)

Aunque algunas personas no quieran reconocerlo, adorar es una necesidad humana tan vital como cualquier otra. Por lo tanto, hasta los seres humanos que se manifiesten más incrédulos, de alguna manera adorarán a algo o a alguien. El Diccionario de la RAE defina la palabra adoración como: “Reverenciar o rendir culto a un ser que se considera de naturaleza divina o rendir culto a personas o cosas consideradas sagradas o santas, sentir estima o afecto en grado sumo por alguien, gustar de algo extremadamente”. Nunca te avergüences de creer y adorar a Dios tal como la Biblia enseña. En realidad, hasta los que declaran ser más incrédulos, jamás lo son del todo. ¡Podemos estar seguros de ello..!

La violencia

En la publicación anterior hablábamos de que los creyentes en Cristo podemos afrontar multitud de circunstancias, pero hay una que jamás llegará a nuestra vida: Dios nunca nos olvidará ni nos abandonará. La Biblia dice que “Si fuéremos infieles, él permanece fiel. Él no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2:13)”. Es común, no obstante, que a veces experimentemos que otras personas se olviden de nosotros o no reconozcan nuestras buenas acciones, pues ocupados en sus propios asuntos no encuentran tiempo aunque sea para animarnos cuando nos desempeñemos correctamente. ¡Seguramente nosotros mismos hemos actuado de esa misma manera para con otros en alguna ocasión! Pero Dios no es así. La Biblia enseña que él no olvida el trabajo de amor que hacemos a su nombre ni ignora nuestras aflicciones o lamentos, y mucho menos cuando somos víctimas de cualquier tipo de violencia…

Año nuevo, ¿vida nueva?

Apenas hemos comenzado a vivir un nuevo año y a muchos nos resulta preocupante qué sucederá en él. Además de las circunstancias específicas que nos rodean y las condiciones económicas y sociales que afecten positiva o negativamente a cada cual, sabemos que nuestro bienestar dependerá de sucesos que no siempre podremos controlar ni responderán a las mejores aspiraciones que tengamos. Por ello la llegada de un año nuevo año suele provocarnos interrogantes. Nos corresponde entonces, a los creyentes, decir como el salmista: Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien… (Salmo 74:28).

No hay creyentes perfectos

Hace poco alguien me aseguró que cierta congregación cristiana en la comunidad donde vivía era la mejor del mundo. Le pregunté si conocía perfectamente a todas las personas de dicha congregación como para afirmar algo semejante y me contestó que de todas formas, estaba convencido de que esa iglesia era la mejor. Aunque creo que todos los creyentes se esfuerzan en ser fieles y obedientes al Señor, que una congregación se precie de ser la mejor de todas es un error colosal. Quienes deciden seguir a Jesucristo y forman parte de las iglesias comienzan un largo camino de transformación espiritual, por lo tanto, necesitan aprender mucho guiados por el Espíritu de Dios y todos no progresamos ni asimilamos las enseñanzas bíblicas con la misma facilidad…

Libres en Cristo

Parece que la conducta humana se inclina cada vez más a reconocer el propio interés o deseo personal como el único patrón determinante para legitimar cualquier acción. Hace muchos años, vi a una madre reprender a su hijo de seis años que hacía algo muy peligroso por lo cual podía herirse. Ante los reclamos de su progenitora insistiéndole que se detuviera, el niño replicó ofendido:
—¿Por qué no? ¡Quiero hacerlo! ¡Quiero hacerlo!
Hay conductas que la Biblia señala como pecaminosas y muchos actuamos como aquel niño, pues reprimir nuestros deseos —cualesquiera que sean— hoy suele considerarse una afrenta inconcebible a nuestra irrenunciable y soberana libertad personal. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Dios, quien tanto nos ama y desea lo mejor para nosotros, nos advierte sobre conductas de las cuales debiéramos apartarnos, precisamente, no solo para nuestra salvación eterna, sino para alcanzar una más placentera y bendecida vida terrenal…

¿Cristianos impecables?

Algunas personas creen que los cristianos somos hipócritas que simulamos ser santos cuando estamos en la iglesia, pero rodeados de otras personas actuamos de manera muy diferente. No obstante, siempre debemos recordar que quienes formamos parte de las congregaciones cristianas —aunque nuestros pecados anteriores hayan sido perdonados por la obra redentora de Cristo—, estamos en proceso de crecimiento y comprensión de las enseñanzas bíblicas y aunque no quisiéramos, también es posible que si nos descuidamos, actuemos de manera incorrecta. Es absurdo y pretensioso asumir que después de ser cristianos jamás nos equivocaremos ni podremos pecar. Por tanto, debemos ser muy cuidadosos. Cuando los verdaderos creyentes erramos, no solo ofendemos al Señor, sino que también dañamos nuestro testimonio ante los no creyentes…