
De algún modo tenemos que aprender a mantener la esperanza cuando estamos en medio de circunstancias difíciles. Los tiempos malos pasan. Sea que estemos enfermos, o enfrentando dificultades económicas, o problemas familiares, es bueno agarrarse a la esperanza de que las condiciones actuales de algún modo mejorarán. Es bueno tener ese espíritu porque así nos ayudamos a nosotros mismos y desarrollamos las energías que nos permiten afrontar los problemas con sabiduría y sensatez.
Excelente, mi pastor Alberto.
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