Por el Rev. Rodolfo Rodríguez Matos. Presidente de la Iglesia Evangélica Misionera

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mateo 24:35)»
Amados en Cristo, hoy meditaremos la manera en que el mundo, su comportamiento y las decisiones humanas, van cumpliendo lo profetizado en las Escrituras; de manera que, para los cristianos, el rumbo que lleva la humanidad no debe constituir una sorpresa, y sí una confirmación de que la Biblia dice la verdad. Por lo tanto, en lugar de vivir bajo alarma, debemos estar preparados para hacer frente a las circunstancias adversas, para la consumación del fin de los tiempos y para la venida de Cristo por los suyos.
Todo el legado profético del Antiguo Testamento se ha cumplido a lo largo de la historia. Todas las palabras que los profetas declararon de parte de Dios a reyes y otros personajes de su tiempo se cumplieron. Todas las profecías sobre reinos y acontecimientos de tiempos posteriores, se cumplieron. Todas las profecías sobre la persona y obra de Cristo, el Ungido de Dios, se cumplieron.
Nuestro texto de hoy forma parte del mensaje profético de Jesús para los últimos tiempos, en el cual describió el rumbo que llevaría el mundo, y el ser humano en particular: Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre (Mateo 24:37-39). A lo cual el evangelio de Lucas añade: Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; más el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste (Lucas 17:28,30).
Jesús también profetizó que los fieles, en lugar de recibir un trato amable, tendrían que padecer; y es lógico, pues un mundo viviendo en desenfreno, bajo el dominio de satanás, no mira con buenos ojos a quienes sirven con fidelidad a Dios y viven con dignidad ante sus semejantes: Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre (Mateo 10:22). Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se resfriará. Más el que preservare hasta el fin, éste será salvo (Mateo 24:9-13).
Las palabras de Cristo, dichas dos mil años atrás, pintan un cuadro exacto del mundo en que vivimos hoy; y eso nos demuestra la veracidad de la profecía bíblica. Lo que él dijo se está cumpliendo al pie de la letra: un mundo en absoluto descuido de los valores espirituales, en desenfreno moral, la gente aferrada a todo lo temporal y perecedero y caminando hacia una tragedia final.
Respecto al mundo de la fe, Jesús y los apóstoles describen este tiempo final como de apostasía, signada por falsos profetas que arrastrarían a multitudes desconectadas de la verdadera doctrina e interesadas en oír cosas novedosas; he aquí algunas declaraciones: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4:1). Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído, y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4). ¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la condenación de Coré. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho (Judas 11, 16).
También estas palabras proféticas se han venido cumpliendo sin faltar una sola. Esto corrobora que la Biblia es la verdad de Dios y digna de toda confianza. Lo que en ella está escrito es para nuestra orientación y amonestación, por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es prestarle atención.
Creo que en materia de concepto no hay grandes problemas en la cristiandad para declarar y hasta defender con argumentos que todo lo que dice la Biblia es verdad y se cumplirá. Ahora bien, debemos asegurarnos de acoplar concepto con comportamiento y práctica. Si estamos convencidos de que la Biblia dice la verdad, ¿por qué nos alarman los acontecimientos del mundo y el rumbo que llevan las sociedades, como si nos tomaran por sorpresa? ¿Acaso no está profetizado?
La idea de un mundo mejor, hecho posible por medio del mejoramiento humano, además de ser falsa, no es bíblica; entonces los cristianos no podemos vivir como si fuera eso lo que esperamos. ¡Cuidado que nuestro comportamiento y actitudes no contradigan nuestros credos!
Amados hermanos, no hay dudas de que el mundo va de mal en peor, y nos duele que así sea porque eso no es el deseo de Dios. Pero, en lugar de alarmarnos y correr en desesperación como si algo raro estuviera aconteciendo, afiancémonos en la Palabra de Dios, la cual es digna de toda confianza.
Vivamos conscientes de que todo lo que está escrito en la Biblia se ha de cumplir, tal cual dijo Jesús: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Su hermano en Cristo, Rodolfo Rodríguez Matos, pastor
Gracias por enviar los Mensajes de Fe y Esperanza, saludos al Pastor Alberto yo soy sobrina de Esther Quintero , son de muchísima bendición y para estos tiempos. Dios les siga bendiciendo
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Gracias, hermana. Amo y admiro mucho a su tía. Dios le bendiga a Ud. y su familia.
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