
Cuando somos cristianos, ¿los compromisos que adquirimos con nuestra nueva comunidad de fe nos exoneran de cumplir a cabalidad las responsabilidades familiares? Aunque al conocer a Jesús, servirle a él y adorar a Dios en el compañerismo de otros creyentes se vuelve una necesidad imperiosa, debemos ser muy cuidadosos.
Algunos confunden la enseñanza bíblica de que obedecer a Dios debe ser lo primero en nuestras vidas. ¡Claro que debe serlo! No obstante, mientras más sinceramente amemos al Señor, más amorosos debiéramos ser para con nuestros familiares ―incluyendo aquellos que no sean creyentes―, lo cual es imprescindible para que nuestro testimonio delante de ellos sea efectivo. Por lo tanto, nunca debiéramos utilizar la excusa de que tenemos actividades en la iglesia para liberarnos de compromisos o deberes familiares.
Mostrar responsabilidad con el cuidado, la atención y el amor que debemos ofrecer a nuestros seres queridos, es una muestra de obediencia al Señor y también un acto de adoración. Además, ello convencerá a nuestra familia de la obra que Dios está haciendo en nosotros y les permitirá valorar más la fe que profesamos…
Gracias a Dios por sus mensajes. Dios bendiga el MINISTERIO.
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