En la publicación anterior hablábamos de que los creyentes en Cristo podemos afrontar multitud de circunstancias, pero hay una que jamás llegará a nuestra vida: Dios nunca nos olvidará ni nos abandonará. La Biblia dice que “Si fuéremos infieles, él permanece fiel. Él no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2:13)”. Es común, no obstante, que a veces experimentemos que otras personas se olviden de nosotros o no reconozcan nuestras buenas acciones, pues ocupados en sus propios asuntos no encuentran tiempo aunque sea para animarnos cuando nos desempeñemos correctamente. ¡Seguramente nosotros mismos hemos actuado de esa misma manera para con otros en alguna ocasión! Pero Dios no es así. La Biblia enseña que él no olvida el trabajo de amor que hacemos a su nombre ni ignora nuestras aflicciones o lamentos, y mucho menos cuando somos víctimas de cualquier tipo de violencia…
Archivo del autor: AIGM
Año nuevo, ¿vida nueva?
Apenas hemos comenzado a vivir un nuevo año y a muchos nos resulta preocupante qué sucederá en él. Además de las circunstancias específicas que nos rodean y las condiciones económicas y sociales que afecten positiva o negativamente a cada cual, sabemos que nuestro bienestar dependerá de sucesos que no siempre podremos controlar ni responderán a las mejores aspiraciones que tengamos. Por ello la llegada de un año nuevo año suele provocarnos interrogantes. Nos corresponde entonces, a los creyentes, decir como el salmista: Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien… (Salmo 74:28).
¡Guarden los clavos!
Hace cerca de treinta años encontré la canción que podrás escuchar si tocas la imagen debajo. Interpretada por un grupo musical español, su mensaje me pareció pertinente a los tiempos tan difíciles que entonces sufríamos en nuestro país. Por lo tanto —aunque no era un himno tradicional de Navidad ni su enseñanza se apegaba del todo a la Biblia—, me atreví a incorporarla a los programas especiales que hacíamos durante el mes de diciembre e intentar algo que asustó a algunos cuando les compartí mis planes: ¡Tomados de las manos, sacaríamos del local a todos los asistentes a los programas navideños y formaríamos una gran ronda! Así escucharíamos y cantaríamos la canción mientras desfilábamos dando vueltas por entre todos los bancos del templo, el patio y el edificio educacional, mientras admirábamos las luces, los adornos y las escenas navideñas que acostumbrábamos desplegar por todas partes, mientras nos saludábamos y felicitábamos los unos a los otros. Aquello, sin duda, resultó un éxito rotundo. ¡Nunca imaginamos la cantidad de personas que vendrían a ver tales programas y disfrutar de la ronda, muchos de los cuales decidieron convertirse en seguidores de Cristo! Hoy, sé que escucharla de nuevo será un dulce recuerdo para quienes vivimos aquella época. Además, espero que para quienes la escuchen por primera vez, también les haga sentir las mismas emociones que nosotros entonces disfrutamos. ¡Muy feliz Navidad y Año Nuevo para todos!
No hay creyentes perfectos
Hace poco alguien me aseguró que cierta congregación cristiana en la comunidad donde vivía era la mejor del mundo. Le pregunté si conocía perfectamente a todas las personas de dicha congregación como para afirmar algo semejante y me contestó que de todas formas, estaba convencido de que esa iglesia era la mejor. Aunque creo que todos los creyentes se esfuerzan en ser fieles y obedientes al Señor, que una congregación se precie de ser la mejor de todas es un error colosal. Quienes deciden seguir a Jesucristo y forman parte de las iglesias comienzan un largo camino de transformación espiritual, por lo tanto, necesitan aprender mucho guiados por el Espíritu de Dios y todos no progresamos ni asimilamos las enseñanzas bíblicas con la misma facilidad…
¡Al mundo paz!
Aunque está en inglés, sé que muchos disfrutarán esta interpretación del hermoso himno navideño. ¡Es verdaderamente magistral! Toca la fotografía para que puedas escucharla. ¡Feliz Navidad a todos!
Libres en Cristo
Parece que la conducta humana se inclina cada vez más a reconocer el propio interés o deseo personal como el único patrón determinante para legitimar cualquier acción. Hace muchos años, vi a una madre reprender a su hijo de seis años que hacía algo muy peligroso por lo cual podía herirse. Ante los reclamos de su progenitora insistiéndole que se detuviera, el niño replicó ofendido:
—¿Por qué no? ¡Quiero hacerlo! ¡Quiero hacerlo!
Hay conductas que la Biblia señala como pecaminosas y muchos actuamos como aquel niño, pues reprimir nuestros deseos —cualesquiera que sean— hoy suele considerarse una afrenta inconcebible a nuestra irrenunciable y soberana libertad personal. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Dios, quien tanto nos ama y desea lo mejor para nosotros, nos advierte sobre conductas de las cuales debiéramos apartarnos, precisamente, no solo para nuestra salvación eterna, sino para alcanzar una más placentera y bendecida vida terrenal…
¿Cristianos impecables?
Algunas personas creen que los cristianos somos hipócritas que simulamos ser santos cuando estamos en la iglesia, pero rodeados de otras personas actuamos de manera muy diferente. No obstante, siempre debemos recordar que quienes formamos parte de las congregaciones cristianas —aunque nuestros pecados anteriores hayan sido perdonados por la obra redentora de Cristo—, estamos en proceso de crecimiento y comprensión de las enseñanzas bíblicas y aunque no quisiéramos, también es posible que si nos descuidamos, actuemos de manera incorrecta. Es absurdo y pretensioso asumir que después de ser cristianos jamás nos equivocaremos ni podremos pecar. Por tanto, debemos ser muy cuidadosos. Cuando los verdaderos creyentes erramos, no solo ofendemos al Señor, sino que también dañamos nuestro testimonio ante los no creyentes…
Despedidas, migraciones y remebranzas
Este es un artículo largo que podría tomarle entre 15 minutos o más completar su lectura. Su tema, sin embargo, analiza situaciones, conflictos y memorias familiares tan comunes a muchos de nosotros, que tal vez nos animaría a enfrentar con buen espíritu los tiempos difíciles que vivimos. Eso sí, por favor, no llegue a conclusiones apresuradas sin llegar al final…
La insondable gracia de Dios
La historia del patriarca Jacob nos ofrece grandes enseñanzas sobre lo que la gracia de Dios puede hacer en nuestras vidas aún cuando nosotros mismos no actuemos del todo bien…
Mentiras piadosas
Con frecuencia llamamos mentiras piadosas a aquellas que intentan evitar o mitigar el sufrimiento de alguien; justificar nuestras acciones erradas o el incumplimiento de deberes ineludibles. Con ellas pretendemos ayudar a los demás mostrando compasión al no decirles una verdad que pudiera causarles mucho sufrimiento y también evitar que nos juzguen con dureza por nuestras acciones actuaciones incorrectas.
La mentira —incluso aquella que se sustente en el deseo de tranquilizar a una persona ocultándole la verdad—, es una violación de la confianza y la buena fe que han puesto en nosotros. Lo verdaderamente piadoso es decir la verdad con amor, bondad y cordura aunque nos sea difícil.
Ahora bien, la mentira más impía es aquella que intenta impresionar a otros mostrando una espiritualidad y generosidad que en realidad no existe. ¡No dejes de escuchar el programa de hoy! En él nos referiremos a una historia bíblica sumamente triste, pero a la vez, muy aleccionadora…